Jamás pensé que todo terminaría de esta forma.

Me haces tanta falta, extraño ver el brillo de tus ojos, oír tu hermosa voz, tus cálidos abrazos, las amorosas caricias con las que siempre me recibías, al llegar a casa… te hecho tanto de menos.

Me duele verte recostado con todos esos aparatos conectados a tu cuerpo.

Han pasado casi dos meses del ataque que te alejo de mí; no has despertado, sólo lo hiciste en medio de las curaciones, para caer inconsciente inmediatamente después, desde entonces no abriste los ojos. Esos ojos.

Los médicos dicen que no creen posible una recuperación, que el golpe que recibiste en la nuca te impide despertar; me aconsejaron incluso, desconectarte. ¡Cómo si me atreviera a hacer eso!

Lamento no poder hacer nada, saber que no importa que haga, no te ayudará.
Me siento tan impotente. Quisiera regresar el tiempo y evitarte todo esto , pero no puedo y eso me mata por dentro.