Camino y parece que el tiempo no pasa. Miro. Miro las hojas caídas, un nene en las hamacas, una nena corriendo hacia su padre. El sonido del viento. Me gusta el olor a pasto cortado. Miro el piso. Sigo una linea recta con las baldosas. Teng
o que cambiar de postura. Mas recta. Le tengo miedo a mi propia sombra por las noches. Pero no tengo frío. No esta vez. Pienso. Pienso y creo que cada lugar que recorro es el mismo, con nuevos recuerdos, con otros tantos viejos. Porque siempre viví acá. Siempre. Algo me recuerda los malos momentos. Un hormiguero y seis árboles observándome. Otros recuerdos me hacen sonreír. Me gusta el olor a pasto recién cortado. Camino que casi corro. Toco el frió con la punta de mi nariz. Tengo un gorro. Es un gorro gris, algo insignificante. Es algo que llevo para recordar y no olvidar. Y ahora si siento frío. Siento escalofríos. Estoy segura que me lo voy a encontrar pero nunca sucede. Camino y parece que todo sigue igual. Mi vecino pasea su perro. Mi gorro se me acaba de caer.