Viendo tu cuerpo desnudo a pocos centimetros del mio, respiro tu aroma a canela con una mezcla entre dulce y amargo que me hace sonreir. Y sigo pensando. Si en realidad sos vos quien se encuentra ahí o es solo otro producto de mi imaginación y las largas noches en vela tratando de descifrar cual fue la causa de todo aquello.
Todavía sigo sosteniendo tu cara entre mis manos y acaricio tu pelo... tu cara, y veo como lentamente cerras los ojos al simple hecho del tacto de mi piel con la tuya. Y veo tus pestañas, esa linea oscura que divide lo real con lo que imagino. Y quiero hablarte, quiero decirte todo lo que en mi cabeza está pasando en ese momento pero las palabras sobran y lo único que me queda es mirarte porque, hablarte no puedo, y me cuesta a montones saber la razón por la cual no quiero arruinar el momento diciendo lo mucho que te amo y lo feliz que me hace tenerte.
Y vuelvo a tocar tu piel que parece hervir y disolverse entre mis manos, como si algo de lo que yo esté haciendo no pareciera normal, como si no esperaras que reaccione de esa manera. Y nos miramos; y te miré como si nunca antes hubiera visto esos ojos color café, los mismos que me miraron por primera vez aquel día cuando solo trataba de explicarte como llegar a una dirección que hasta hoy en día no recuerdo.
Y me volviste a besar, de esos besos que no se olvidan y que llevan promesas entre cada roce y que pareciera que el tiempo se consumiera y parara por unas milésimas de segundo. Lo que me hace acordar a esa charla que no se qué me dijiste y que terminó en que sé cuanto, más ni donde, pero me acuerdo de tu sonrisa, de la esperanza en tus ojos y de la forma con que efusivamente repetías sin parar "nos vamos a vivir juntos". Y me acuerdo que no quería arruinar nada, que quería que te dieras cuenta por si solo que estabas en un grave error porque después de eso yo no te dejaría ir nunca más y, que tus palabras y tus llantos por querer que te dejara en paz después de que hallas golpeado la puerta llevándote todo lo que invisiblemente llevaba tu nombre, no servirían para que yo te olvidara y poder rendirme.

Pero seguí parando el tiempo y no podía creer que estuvieras ahi tan hermoso como antes y con esa piel tan suave... esa piel... esa piel que me hace querer más y más, donde el simple roce de tu piel me quemara por inercia. Y, hoy en día, sigo pensando en que tenías (Me corrijo: tal vez sigas teniendo) los ojos mas bonitos que vi en las mañanas de domingo ni bien abro la ventana, y tu sonrisa que ilumina cualquier lugar y que cualquier persona se siente cómoda y segura de estar junto a vos por el solo hecho de tener esa luminosidad en tu sonrisa.

Y sigo recordando tus intentos suicidas donde creías que la solución a todos tus problemas eran tirarte al río, osea que tuviste miedo de ahogarte, de morir, porque si mal no recuerdo seguis al lado de mi cuerpo, soñando algo que ni vos sabes pero que te hace inconscientemente moverte a penas pero perseptible para mí, como si de verdad te hayas ido y  hayas cumplido tu miserable sueño de muerte.

Vuelvo a bajar y ahora me encuentro en tu cuello, más especificamente en la yugular ¿Que raro, no? un simple movimiento bruzco de mi mano con mi muñeca y estarías muerto, pero no. Sabes que no tengo el poder de lastimarte ni un poco porque preferiría morir que vivir sin vos a pesar de que no seas mio. Porque no me rendí y jamas me rendiré.
A pesar de eso cuando me hablas el mundo no tiene fin y no hay forma de que esto pare algun día, y te veo de la mano en el parque con ese alguien que parece haber salido de tu propio cuento y sigo pensando si en realidad me amabas.
Pero no quiero saltearme ninguna parte por eso mi retina guarda cada imagen que se reproduce en mi cerebro cada segundo que paso contigo, y quiero decirtelo. Quiero demmostrartelo por escrito que no miento y que si diría falsedades no estaríamos acá y ahora. No puedo recordar lo primero que dijo mi madre al verte pero seguramente eran puras basuras como siempre termina diciendo, cosas sin sentido que terminaron arruinando por completo mi relación con ella, incoherencias que hasta hoy en día tu memoria recuerda y que no podes sacar de tu cabeza, como si todo lo que está  a mi al rededor te importara. Pero ya ves, no sé si me cambiaste por ese alguien de aquella cafetería, con quien tenias una aventura de la cual yo estaba enterada pero prefería ignorar. Seguramente estarás en este momento acompañado de alguie, pero como veras, no importa ya. No necesito de tus quejas para prenderme un cigarrillo y escribir(te).

Si, porque de alguna manera, volviste a ocupar tu lugar en la cama matrimonial como si un espejismo de vos mismo volviera a hundir el colchón y que las sabanas se muevan suavemente dibujando las curvas de tu cuerpo, escucho tu respiración que parece tranquila y desacelerarse por momentos. Vuelvo a tu cara y acaricio tu pelo como si el tiempo no pasara y como si nada haya pasado. Porque recuerdo aquel día donde tu respiración no era mas que solo un último aliento.

Y todavia sigo pensando si sos producto de mi imaginación porque recuerdo haber escuchado un grito, el ruido de la puerta y la copa de vino rota en la cocina.