Tú, pequeña, parirás con dolor, llevarás tacones de aguja, te pondrás a régimen, te harás peelings, liftings, y además te tocará hacer la comida; ¡y no he terminado! a ti, pequeño, te he reservado lo peor: los tormentos y las calamidades, los dinosaurios y los volcanes, la guerra atómica, Hitler, la matanza de los indios, el ruido de las lavadoras, los petroleros que naufragan, la miseria, pero sobretodo, sobretodo, las bonitas mamás enfermas. ¨





Cada vez piensas que en esta ocasión lo harás bien. Que no repetirás los errores o lo que crees que fueron los errores que cometiste la última vez. Pero no es así, claro. No es tan sencillo. Aquella mirada en sus ojos. Aquella conversación sobre los domingos... Por un momento pensé que... en fin, me equivoqué