Había encontrado el punto exacto en el cual no me veías ni escuchabas los latidos de mi pequeño corazón frágil por tantas destrucciones que un pasado ocasionaste. Mucho tiempo lo busque, pero ahora que soy invisible para muchos ojos de cuerpos inhumanos descubrí el placer de hacer cosas que no me impidan hacerte mal. Conociéndolo bien, este lugar, se podría decir que es tranquilo y no muy silencioso. Aunque a veces extraño el ruido de los autos sobre el asfalto mojado después de una tormenta.
Ya, con poquito tiempo pasado acá, había conseguido verte sin que me vieras, tocarte sin que sientas y quererte como quisieras. No podía comprender como lo hacia pero, en algún punto, lo hacia. No fue un silencio en vano. Se podría decir que sirvió para que descubrieras lo que es perderme. Comprenderías que todo lo que algun vez fui ya no es y todo lo que paso queda en el recuerdo de unos pocos. 
Conocí lo que es el frío, el vuelo del pájaro sin limites, el amor sin dueño, el abrazo de lo desconocido. 
Llegue a vivir lo que pocos vivieron, flote lo que muchos no pudieron y construí lo que nadie creyó poder hacer. 
No todo es negro, no todo es gris, no todo es blanco. 
A veces creo que es un sueño fantástico pero no maravilloso y que el poder de hacerme invisible existe y que funciona cuando mas lo necesito. 
Ahora. Ya.